La experiencia que ha iniciado el Consejo del Poder Judicial de examinar a los candidatos es aplaudida por todos los sectores de la judicatura que hasta la fecha recelaban de la política de nombramientos para presidentes del TSJ y de Audiencia en la etapa anterior a Carlos Dívar.
Como quien se enfrenta a un tribunal opositor, los candidatos pueden verse sorprendidos por los vocales del Consejo con algunas preguntas de difícil respuesta, o con reproches sobre su gestión judicial anterior. Eso le sucedió ayer al magistrado Eduardo Salinas, presidente de la Audiencia de Albacete, a quien el vocal Gómez Benítez no dudó en cuestionar que hubiera resuelto 49 sentencias pendientes antes de julio para poder presentar su candidatura a presidir el TSJ de Castilla-La Mancha, cuyos aspirantes se examinaron también ayer.
Con o sin entrevistas, el proceso de selección sigue escenificando como cada vocal, dependiendo del color político, somete al tercer grado al juez que pretende quitarle el puesto a otro, en un órgano tan importante de la judicatura.
Sin que sea una norma escrita, el Consejo General del Poder Judicial suele renovar un segundo mandato al candidato que cumplió con su gestión. Es lo que parece que sucederá con José Luis Concepción, a quien en la propia sede del Poder Judicial sitúan en unos años en el Tribunal Supremo.
Quizás por eso ayer la magistrada María José Renedo contó con el apoyo de cuatro jueces de Burgos, Valladolid y Segovia. Javier Pardo (TSJ), Mauricio Muñoz (Audiencia de Burgos) y Patricia Fresno (Medina de Rioseco) estuvieron presentes en las entrevistas de los dos.
La sorpresa ayer en Madrid fue la de la magistrada vallisoletana, Felisa Herrero, quien hasta hace unos meses y durante cinco años ha sido Gerente de Justicia de Castilla y León, un órgano creado por Herrera para asumir las transferencias de Justicia. Preguntado por su presencia, Concepción dijo que «cada uno es libre de dar su apoyo». Fuente: Nortecastilla.es